Lo fantástico de Adolfo Boy Casares

Conociendo a Adolfo Bioy Casares.

Corría el año de 1990, cuando Adolfo Bioy Casares fue elegido para ganar el Premio Cervantes de Literatura, premio que reconoce la labor creadora de escritores españoles e hispanoamericanos cuya obra haya contribuido a enriquecer de forma notable el patrimonio literario en lengua española.

Bioy Casares, argentino, nació en una familia acomodada, hijo único, con una inclinación precoz a la lectura.

Siendo niño y con esa afición a las letras, su primera impresión lectora se la llevó con el muñeco de madera que cobra vida, hijo de un tal Gepetto. Esta historia, la del niño de madera, fue sin duda la llave introductoria a un mundo fantástico, misterioso y enigmático del que nunca más saldría y nos llevaría por toda su obra.

Dejó trunca su carrera universitaria decepcionado por el modelo educativo. Decide encerrarse en los libros convirtiéndose en un ávido lector de la literatura universal. Después de todo, podía hacerlo, su posición económica y como hijo único, era boyante. Su progenitor le hizo las primeras correcciones y lo ayudó a publicar su primer libro, cuando apenas era un adolescente.

Sin embargo, no todo era color de rosa, la realidad lo abrumó con la derrota, haciendo de los amores desdichados, una costumbre. No hay que culparlo, después de todo ¿quién en este campo de batalla, ha salido incólume? Quizá, tan solo quizá, sea por eso que a este hombre le costará trabajo distinguir la realidad de los sueños. Ahora, tanto lo comprendo.

No obstante, supo hacer buenos amigos, un Jorge Luis Borges fue evidencia de ello. Los unía la poética literaria ficcional y la invención fantástica. Las visiones científicas, tampoco le fueron indiferentes y como evidencia está <<La trama celeste>> que se desarrolla en espacios paralelos. Habrá qué leerlo .

Este mundo de fantasía, que impregna la mayor parte de su obra lo llevó a obtener el Premio Cervantes, en donde el protagonista fue su libro <<La invención de Morel>> cuyo prólogo fue escrito por su gran amigo Borges, quien expresa, respecto a su entramado, lo siguiente: “He discutido con su autor los pormenores de su trama, la he releído; no me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta”

Pronto hablaremos de él en <El Punto C>

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