No estamos solos
No estamos solos y no hay que pensar en vida extraterreste, hay que pensarnos como una singularidad repleta de microorganismos que nos hace ser lo que somos y representan un número mayor a las células de nuestro cuerpo, tan es así que pesan tanto como tu cerebro, para ponerlo en perspectiva, el peso promedio de un cerebro adulto es de 1.2 a 1.5 kilogramos y si cogiéramos todas las bacterias de nuestro cuerpo pesarían aproximadamente 1,5 kg. Asombroso ¿no?
No debe extrañarnos entonces el amplio estudio que se está dando a nuestro microbioma para entender lo que somos. Basta con echar un vistazo al Proyecto Microbioma Humano (HMP) para reconocer la importancia de estos microorganismos en nuestro día a día, en nuestra vida y evolución.
Este proyecto, como bien lo dice la presentación de su página, fue lanzado en el 2008 por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH) con el objetivo de identificar y caracterizar las comunidades microbianas presentes en diferentes cavidades del cuerpo humano y buscar las correlaciones entre los cambios en el microbioma, la salud y las enfermedades que nos aquejan.
Este mundo que no vemos y nos controla, en lo personal, me parece fascinante tanto como el acercamiento que está teniendo la ciencia con ellos y su empeño en sacar los secretos que tiene escondido nuestro cuerpo y con ello todos los adelantos científicos que de estas investigaciones van surgiendo, ejemplo de esto es el secuenciador de ADN que fue entregado en la Estación Espacial Internacional (ISS). Este MinION, así bautizado, con un peso de apenas 120 gramos y que puedes sostener perfectamente en la palma de tu mano puede dar y dará respuesta a muchas interrogantes con base a los resultados que se obtengan de las investigaciones relacionadas con la salud de los tripulantes en la ISS, ya que como no están en condiciones estériles necesitan preservar su salud y por lo tanto es importante conocer el microbioma que los conforma como un todo y aprender de esta simbiosis para mantener la consonancia entre los que los habitan, los que nos habitan en el lugar en el que estamos. Estos resultados derivarán en aplicaciones médicas que a nosotros los terrestres, nos beneficiarán con el entendimiento de los microorganismos que nos atiborran, comprendiendo los principios del equilibrio con nuestros procariontes en beneficio de nuestra salud y aumentando con ello nuestra calidad de vida.
Mientras tanto, no olvides que somos tu, yo y nuestro microbioma y con un beso, lo conocerás.
https://soundcloud.com/claudiasiranda/no-estamos-solos
No debe extrañarnos entonces el amplio estudio que se está dando a nuestro microbioma para entender lo que somos. Basta con echar un vistazo al Proyecto Microbioma Humano (HMP) para reconocer la importancia de estos microorganismos en nuestro día a día, en nuestra vida y evolución.
Este proyecto, como bien lo dice la presentación de su página, fue lanzado en el 2008 por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH) con el objetivo de identificar y caracterizar las comunidades microbianas presentes en diferentes cavidades del cuerpo humano y buscar las correlaciones entre los cambios en el microbioma, la salud y las enfermedades que nos aquejan.
Este mundo que no vemos y nos controla, en lo personal, me parece fascinante tanto como el acercamiento que está teniendo la ciencia con ellos y su empeño en sacar los secretos que tiene escondido nuestro cuerpo y con ello todos los adelantos científicos que de estas investigaciones van surgiendo, ejemplo de esto es el secuenciador de ADN que fue entregado en la Estación Espacial Internacional (ISS). Este MinION, así bautizado, con un peso de apenas 120 gramos y que puedes sostener perfectamente en la palma de tu mano puede dar y dará respuesta a muchas interrogantes con base a los resultados que se obtengan de las investigaciones relacionadas con la salud de los tripulantes en la ISS, ya que como no están en condiciones estériles necesitan preservar su salud y por lo tanto es importante conocer el microbioma que los conforma como un todo y aprender de esta simbiosis para mantener la consonancia entre los que los habitan, los que nos habitan en el lugar en el que estamos. Estos resultados derivarán en aplicaciones médicas que a nosotros los terrestres, nos beneficiarán con el entendimiento de los microorganismos que nos atiborran, comprendiendo los principios del equilibrio con nuestros procariontes en beneficio de nuestra salud y aumentando con ello nuestra calidad de vida.
Mientras tanto, no olvides que somos tu, yo y nuestro microbioma y con un beso, lo conocerás.
https://soundcloud.com/claudiasiranda/no-estamos-solos
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